En este apartado, la intención es ir creando más obras de este género. Los orígenes del bodegón, documentados en Toledo en el siglo XVI, cuando nace el naturalismo. Hasta ese momento solo las escenas religiosas, históricas o retratos acaparaban el arte, pero estas composiciones comenzaron a hacerse populares entre las élites, que se sentían atraídas por esa representación de objetos cotidianos, pues a menudo eran una expresión de lujo y riqueza.
Se ha considerado por algunos críticos al bodegón como un género menor. Esta idea viene porque desde el Renacimiento la pintura tenía que contar una historia, tener unos contenidos concretos, una intención ideológica o política. En cambio, la naturaleza muerta no es narrativa, pues son solo los objetos en sí mismos. Al parecer este tipo de pinturas estaban inicialmente reservadas a “unos pocos”, hasta que se hizo más popular y en el siglo XIX la burguesía la puso en el centro de sus colecciones.
Personalmente considero que el bodegón está vivo, tiene carácter actual, es y será un clásico.